Agirre Lehendakaria Center lleva meses trabajando en el programa COPOLAD III. Nuestra labor en este proyecto se centra en implementar laboratorios de innovación social especializados en políticas sobre drogas.
En Chile nos centramos en el consumo y prevención en infanto-adolescencia; en Colombia abordamos la inclusión social de las personas jóvenes en entornos urbanos y semi-rurales; en el caso de Perú apoyaremos la creación de un sistema de alerta temprana para detectar la violación de derechos humanos; y en Uruguay estamos explorando la posibilidad de testar políticas de alternatividad al encarcelamiento con enfoque de género (DAIS).
Hace unos meses iniciamos el laboratorio en Chile, que se encuentra actualmente en la fase de identificación de áreas de oportunidad para la región del Maule. Actualmente, estamos inmersos en la puesta en marcha del laboratorio en Colombia, en las zonas de Cali (barrio Sucre) y Santander de Quilichao (barrio El Porvenir). Perú y Uruguay iniciarán en los próximos meses. En este artículo te contamos este proceso con más detalle y nuestras percepciones en este momento.
Proceso en Colombia
La semana pasada iniciamos la fase de lanzamiento del laboratorio de Innovación Social en Cali, barrio Sucre, y Santander de Quilichao, barrio el Porvenir, en colaboración con Corporación Viviendo y el Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia. Esta iniciativa se enmarca en el acompañamiento de COPOLAD a la política colombiana sobre drogas que tiene como uno de los ejes centrales el cambio de narrativas.
El objetivo del laboratorio es generar un espacio para la experimentación en políticas públicas sobre drogas, con el foco en los jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Se trata de una temática amplia que nos permitirá ir más allá del consumo y experimentar en áreas como la inclusión social y la gastronomía. Este proceso reconoce su gran bagaje cultural y alimentario que se refleja en su dispensario de ingredientes como el viche, amasijos, envueltos y prácticas alimentarias como las ollas comunitarias. Desde hace unos años se han posicionado como símbolos de resiliencia y cooperación de la comunidad.
Estos elementos no solo representativos de la gastronomía local, se visibilizan como una oportunidad para abordar los retos desde una perspectiva integral. En el marco del laboratorio, estamos testando el enfoque de innovación social en dos contextos diferentes, que nos permitirá conectar, comparar y aprender de las dos experiencias: por un lado, en una zona semi-rural en Santander de Quilichao, en el barrio el Porvenir; por otro, en la zona urbana del barrio histórico de Sucre en Cali.
Tras una primera recogida de información realizada por los equipos locales, la Corporación Viviendo, el Ministerio de Justicia y del Derecho y la Secretaría de Salud en Santander de Quilichao, organizaron dos sesiones de interpretación colectiva para realizar un primer contraste de las narrativas identificadas en los dos territorios. En las sesiones participaron agentes muy diversos, incluyendo líderes comunitarios, instituciones, fuerzas de seguridad del estado, personas que usan drogas y familias, y asociaciones y organizaciones de base comunitaria, entre otros.
Además de estas sesiones, se desarrollaron espacios de escucha con grupos y colectivos que se han movilizado de forma comunitaria para transformar realidades complejas, dolorosas y sacudidas por factores como la violencia y el microtráfico de droga. La participación de estos agentes en los laboratorios de innovación social está orientada a conseguir buscar juntos salidas a estas problemáticas que les afectan.
Primera fase del proyecto: la escucha
En la escucha pondremos el foco en las narrativas de transformación que hemos identificado en los dos barrios en los que trabajamos, y cómo estas narrativas se interrelacionan con la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los jóvenes. En esta primera iteración de la escucha, los equipos han identificado la brecha que existe entre la narrativa de cambio estructural que opera en los territorios, y las respuestas puntuales que se están dando a nivel comunitario desde lo artístico, lo cultural y los micro-emprendizajes. Es aquí donde queremos incidir con el enfoque, para conseguir conectar estas acciones en todos los niveles y amplificar su impacto, escuchar a todo el sistema incluyendo las voces del poder y poder experimentar con nuevas soluciones en esa brecha o gap.
En este sentido, el laboratorio plantea un enfoque sistémico para operar en 5 niveles de impacto. En esta primera visita, hemos facilitado espacios de escucha con agentes locales en el nivel comunitario y pequeña y mediana escala, como son el colectivo Puerto Resistencia, Sapiencia, Innpulsa, las huertas comunitarias del barrio Calipso, o la Casa Arboleda. En las siguientes fases del proceso, los equipos profundizarán en las narrativas de los agentes mencionados y reforzarán la conexión con empresas e instituciones (voces del poder). Esta parte resulta la más sensible dada la desconfianza hacia las instituciones locales y regionales, sobre todo después del estallido social. El proceso de escucha y mapeo sentará las bases para identificar potenciales áreas de oportunidad en los territorios.
Tras las sesiones de trabajo, los equipos locales han puesto en valor el enfoque propuesto por Agirre Center para complementar las acciones que ya están realizando a través de los elementos básicos de innovación social (escucha, mapeo, interpretación colectiva y co-creación). Además, mencionan que las herramientas para la sistematización apoyarán la toma de decisiones más estratégicas y el desarrollo de un sistema de gobernanza con mayor capacidad de adaptación a las dinámicas sociales cambiantes. El objetivo principal del laboratorio es el desarrollo de capacidades en los equipos locales; para ello, el equipo de Agirre Center y COPOLAD realizarán un trabajo de adaptación de las herramientas y metodologías al territorio, manteniendo una discusión permanente con los equipos sobre lo que está funcionando y lo que no. Asimismo, se facilitarán espacios que tendrán lugar de forma sistemática para la devolución y contraste permanente del proceso con la comunidad y así generar un análisis compartido.
Como próximos pasos, los equipos locales (1) iniciarán el monitoreo de canales de escucha existentes y nuevos en cada uno de los territorios, (2) reforzarán el mapeo de agentes e iniciativas estratégicas, y (3) sistematizarán las potenciales áreas de oportunidad identificadas - entre ellas, micro-emprendimientos de productos gastronómicos como el viche liderados por mujeres, el desarrollo de un potencial centro educativo y cultural en un bien inmueble incautado (SAE), diseño de un sandbox regulatorio para experimentar en materia de empleabilidad, rediseño del rol de los cuerpos de seguridad, o iniciativas en el marco de housing first, todo ello conectado con los dispositivos comunitarios liderados por la Corporación Viviendo, la ruta turística comunitaria en Santander de Quilichao y otras iniciativas existentes en los territorios.
Así, conseguiremos avanzar en los próximos meses con la sistematización de todo el proceso y la identificación de los primeros perfiles etnográficos y visualizaciones. Tenemos prevista una segunda visita en febrero de 2024 para realizar un análisis compartido con la comunidad de la nueva información recogida por los equipos.
Qué es el Programa COPOLAD
El programa COPOLAD III tiene como objetivo promover el diálogo técnico y político entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea en temas de drogas.
Por medio de herramientas de cooperación internacional birregional, bilateral, triangular y Sur-Sur pretende, como en fases anteriores, generar un espacio privilegiado para el análisis y discusión de los principales desafíos vinculados al diseño e implementación de políticas de drogas, con la posibilidad de iniciar procesos transformadores y de innovación dirigidos a mejorar la eficacia de las intervenciones y, al mismo tiempo, mejorar sus resultados para el desarrollo sostenible.
El programa interviene en 31 países y tiene una duración de 48 meses, habiendo comenzado su ejecución en febrero 2021. La Organización Internacional Ítalo-Latinoamericana (IILA) colidera el consorcio junto con FIIAPP. La Deustche Gesellchaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) y el European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDDA) participan directamente en ciertas acciones impulsadas, siendo ambas entidades beneficiarias de subvenciones. Además, el programa suma a las instituciones de los estados miembros involucradas en las políticas de drogas.