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Cómo ALC ha ayudado a definir la figura del conector comunitario mediante un proceso de co-creación colectivo
Agirre Lehendakaria Center (ALC) ha participado en un proceso de acompañamiento basado en la evaluación evolutiva y co-creación de la figura del conector/a comunitario/a. Una figura trascendental en la comunidad, pero que a menudo se percibe de diferente forma y para la que las partes implicadas a veces ni siquiera se identifican sus funciones de la misma manera.
¿Cómo conseguir consensuar una definición conjunta y atribuirle unas funciones específicas a este rol? ¿Cómo hacer que todos los agentes implicados en la comunidad participen del trabajo y en las actividades propuestas por esta figura?
Este es el resumen del proceso en el que Agirre Lehendakaria Center ha acompañado en el proyecto Mi casa: Una vida en comunidad y las conclusiones a las que el grupo de trabajo ha llegado.
Agirre Lehendakaria Center (ALC) ha desarrollado los últimos meses un acompañamiento basado en la evaluación evolutiva y co-creación de la figura del conector/a comunitario/a en el proyecto Mi casa: Una vida en comunidad, impulsado por Plena Inclusión, y dentro del marco de la red de proyectos de experimentación en desinstitucionalización impulsada por el Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030.
Hemos trabajado en un proceso de experimentación sobre la figura del conector/a comunitario/a como eje de los procesos de desinstitucionalización e inclusión en la comunidad de personas con discapacidades diversas. Esta figura, testada ya en otros países, se percibe a menudo de diferente forma y las partes implicadas a veces ni siquiera se identifican sus funciones de la misma manera. Superada la primera mitad del proceso, se han generado aprendizajes compartidos que contribuirán a la implementación futura.
La fase de experimentación del proyecto Mi casa: Una vida en comunidad ha consistido en un proceso de mapeo y escucha comunitaria, donde se han identificado unas percepciones iniciales acerca de la figura del conector/a comunitario/o, basadas en el testeo de la figura en 6 de los diferentes territorios en los que se desarrolla el proceso, y con contextos variados: Sant Pere Claver (Barcelona), Don Benito (Badajoz), Orotava (Canarias), Teruel (Aragón) San Sebastián de los Reyes (Madrid) y Yepes (Toledo).
Dichas percepciones, a veces contradictorias entre sí, se han compartido en espacios de interpretación colectiva, para el contraste de las principales narrativas identificadas. Estas etapas iniciales han dado lugar a una serie de ideas clave que han surgido a través de la colaboración conjunta y la evaluación territorial. Además, ALC ha brindado asesoramiento a los/as conectores/as involucrados/as en el proceso, lo que ha permitido una puesta en común y co-creación colectiva de la definición de la figura.
En este proceso han participado más de 70 personas, de una amplia diversidad representativa en todos los aspectos: agentes del proyecto Mi casa, agentes institucionales, agentes económicos, responsables del proyecto Mi casa en las entidades, así como diversos profesionales, asociaciones y ONGs, familiares, vecinos de cada territorio, entre otros.
La aplicación del enfoque de ALC
Uno de los principales retos a los que ALC se ha enfrentado en este proyecto ha sido el de reunir a todas las partes interesadas y en las que la labor del conector comunitario está implicada, y desarrollar con ellas un proceso en diferentes fases, que ha culminado en la creación conjunta del rol del conector comunitario.
ALC ha implementado para este proceso la metodología de la evaluación evolutiva. A diferencia de los sistemas de monitoreo tradicionales, la evaluación evolutiva es un proceso de análisis, diálogo y reflexión que permite a los equipos comprender lo que su intervención está logrando en tiempo real y lo que está permitiendo o impidiendo el cambio deseado. Así, permite incluir cambios y ajustes internos y externos en el proceso de experimentación en tiempo real, basados en las percepciones y barreras identificadas entre los agentes involucrados en el programa.
El equipo de evaluación evolutiva ha trabajado de manera coordinada con los diferentes equipos de evaluación y con los conectores comunitarios de cada territorio, así como los directores de cada vivienda y responsables de las entidades. Se les ha apoyado en la recogida de información directa de los usuarios y se ha complementado con información del entorno y relativa a otras fuentes. Las técnicas, por tanto, se han adaptado al enfoque general y al proceso, tratando de completar los ángulos muertos identificados, incluyendo el cambio más significativo, la identificación y priorización de barreras y facilitadores para el cambio o la identificación de percepciones en tiempo real sobre el proyecto Mi Casa.
En cada territorio ALC ha trabajado en la evaluación evolutiva de la mano de los conectores/as comunitarios/as de cada lugar, junto con la ayuda de las entidades locales y Plena Inclusión. Además, se ha implicado a todas las partes interesadas (conectore/as, entidades participantes, Plena Inclusión, familiares, agentes externos que trabajan en el ámbito de la discapacidad, miembros de la comunidad en general, entre otros), quienes han aportado sus perspectivas, percepciones y experiencia para lograr una definición final sólida y consensuada. Esta diversidad ha sido fundamental para garantizar que todas las voces sean escuchadas y que el resultado final refleje de manera precisa los objetivos establecidos.
Para ello se ha llevado a cabo un enfoque estructurado en distintas fases, que han ido desarrollándose en cada territorio: elaborar un mapeo comunitario; escucha y análisis de narrativas; interpretar de forma colectiva el análisis de dichas narrativas; generar conexiones e implementar ideas, proyectos o iniciativas que responden a los retos y oportunidades detectados a través de la escucha; y ejecutar procesos participativos de nuevos proyectos de experimentación.
Se trata de un largo proceso en el que resulta interesante destacar cómo se han ido abriendo múltiples abanicos de posibilidades para definir esa figura.
¿Cómo se percibe este rol?
“La definición de estos roles hay que revisarla. Han pasado ya bastantes meses porque al principio me chocaron cosas, pero pensé bueno, espérate a ver, porque esto se está definiendo y es algo a desarrollar, vale, pero pasa el tiempo y sigue habiendo como una desconexión”
Responsable de Entidad
En la fase de escucha se extrajeron interesantes conclusiones sobre la figura del rol comunitario:
Existe una percepción generalizada del/la conector/a como figura desconocida. Muchas narrativas comparten la idea de que es una oportunidad muy importante para co-crearlo de manera conjunta.
Se ha identificado un debate vigente entre los equipos profesionales acerca de la función y las formas de trabajo del rol comunitario, con dos versiones que han ido evolucionando y que coexisten a lo largo de todo el proceso: La figura del conector comunitario implica vincular a personas de la vivienda con la comunidad. Y que la tarea de quien ocupa el rol es generar un cambio en la comunidad.
La percepción del rol comunitario entre la gente de la comunidad es entendida como necesaria, una vez se explican sus funciones.
Las comunidades perciben los espacios de interpretación colectiva como mecanismos que necesitan ser sostenidos en el tiempo apoyados por los ayuntamientos. Y, en consonancia con esto, se entiende a la persona conectora como alguien que tiene un rol determinante en la vida comunitaria.
Existe una percepción compartida que asegura que la actitud y la personalidad de la persona conectora influyen de manera directa en la consecución de los objetivos asociados al rol.
Existen narrativas diversas y contradictorias en cuanto a las funciones de facilitadores y conectores.
La mayoría de las personas consultadas comparte cierta angustia y preocupación acerca de las condiciones laborales de las personas que ocupan el rol comunitario.
Las narrativas de competencia entre entidades y conectores conviven con las de cooperación. Las entidades desconocen las implicaciones del rol comunitario y, por otro, resaltan la dificultad de la inserción del rol en la entidad. Por otro lado, existen narrativas de entidades que no entienden el valor añadido del conector.
La co-creación de la figura del conector comunitario
Al tratarse de un proceso de experimentación, el proceso ha diseñado espacios de co-creación y co-diseño de respuestas específicas que puedan complementar y mejorar las ideas existentes en torno a la figura del conector/a.
Una idea clave que se desprende del trabajo en los territorios es el papel del conector como agente de transformación de la comunidad en un sentido amplio, en contraposición a una visión centrada únicamente en la discapacidad y desde la perspectiva del ocio.
La co-creación facilita la adaptación e interconexión de las ideas en curso en el área, en este caso sobre el prototipo de la figura del conector/a comunitario/a para su definición, que abordan las brechas y oportunidades identificadas.
Con la validación, consolidación y adecuación de los perfiles a partir del ejercicio de contraste con los conectores y diversos agentes, los principales puntos focales se han establecido en:
- la definición del rol
- jornada de trabajo
- habilidad y cualidades
- valor añadido del conector para el proceso de desinstitucionalización
- financiación del rol
- herramientas, formación y acompañamiento
Aprendizajes y conclusiones
Los principales aprendizajes sobre la co-creación del rol del conector comunitario reflejan la importancia del mismo como un agente de cambio en la inclusión social y destacan los desafíos y aspectos a considerar para su implementación y sostenibilidad.
El valor añadido que proporciona este rol es ser un elemento nuevo e innovador dentro de un ecosistema que, aunque tiene el objetivo identificado, no está logrando alcanzarlo. Por lo tanto, este rol busca abordar el trabajo de manera diferente y evaluar si los resultados obtenidos pueden ser distintos.
En los próximos meses, continuaremos experimentando en estas cuestiones a la par que apoyamos a lxs conectorxs de los diferentes territorios en sus propios procesos de experimentación. De manera paralela, ALC continuará su trabajo de conexión comunitaria del proceso Getxo Zurekin.
Historia de la experiencia de un conector comunitario
“Tenemos que estar abiertos a ver qué elementos de fuera nos pueden ayudar a crecer”
Andoni Zubizarreta es un ex futbolista, poseedor de seis títulos de Liga y una Copa del Campeonato, y ex director deportivo del FC Barcelona, el Athletic Club y el Olympique de Marsella. Nacido en el valle cooperativo de Mondragón, es columnista en El País y comentarista deportivo en Bein. Recientemente ha cursado estudios de Gestión Deportiva en la Universidad de Columbia de Nueva York.
“Sabemos que existe un cambio de modelo energético y desde Iberdrola trabajamos para conseguirlo”
Mónica Oviedo, licenciada en Derecho Económico en la Universidad de Deusto, master en Relaciones Internacionales en la Fundación Ortega y Gasset y MBA en la Universidad de Nebrija es la responsable de Desarrollo Sostenible y Agenda 2030 del Grupo Iberdrola. Desde la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de Naciones Unidas en 2015, dirige el departamento de sostenibilidad para promover el importante papel del sector privado, y en concreto de Iberdrola, en la consecución de este plan estratégico universal. Convencida del papel vital que juega el sector energético en la promoción del desarrollo sostenible y de la posición privilegiada de Iberdrola como modelo a seguir, ha participado activamente en el lanzamiento de los objetivos climáticos de Iberdrola y coordina el programa Electricidad para todos, lanzado en 2014 para promover iniciativas de acceso universal a la electricidad. Socia de Women Action Sustainability.
“La sociedad vasca ha demostrado que puede hacer una transformación de base social en tiempo récord”
Carlos Mataix es catedrático del Departamento de Ingeniería de Organización de la Universidad Politécnica de Madrid. Dirige el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la misma Universidad (itdUPM). Carlos tiene una larga trayectoria en el campo de la cooperación internacional al desarrollo. Fue cofundador de la ONG "Ingeniería Sin Fronteras" (ahora ONGAWA), y responsable de la Unidad de Planificación y Calidad de la Ayuda de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). También ha sido investigador visitante en el Institute of Development Studies (IDS) de la Universidad de Sussex, Reino Unido.
“La ruptura del demos supone la ruptura de la comunidad y de la democracia”
Igor Ahedo es Doctor en Ciencias Políticas y profesor del Departamento de Ciencia política y de la administración de la UPV-EHU. Es investigador principal del grupo Parte Hartuz y responsable del Programa de Doctorado Sociedad, Política y Cultura de la UPV/EHU. Entre sus investigaciones destaca: “Evaluación de la Asamblea Ciudadana de Gipuzkoa” (Diputación); “Investigación Acción educativa para desvelar y gestionar cooperativamente las desigualdades de género” (Emakunde, 2022); “Nodos y retos de la reforma de la Ley de Universidades: un proceso participativo” (Ministerio de Universidades, 2021) y “Estudio sobre la relación entre ciencia y sociedad para el diseño de una estrategia de generación de conocimiento para el desarrollo sostenible de la RB de Urdaibai” (Eusko Jaurlaritza, 2020). Ha publicado una veintena de artículos en revistas indexadas y una decena de libros. Actualmente está coordinando las Jornadas Internacionales de Participación, Investigación-Acción y Desarrollo Comunitario.
“El principal reto es generar las condiciones de cooperación que permitan hacer frente a diferentes necesidades”
Marcos García es gestor cultural y trabaja en el ámbito de los laboratorios ciudadanos. Entre 2003 y 2021 trabajó en Medialab donde fue responsable junto con Laura Fernández del programa educativo (2004-6) y del programa cultural (2007-2013), y su dirección (2014-2021). En la actualidad asesora a diferentes organizaciones en la puesta en marcha de laboratorios ciudadanos en diferentes tipos de institución como universidades y centros de investigación (Fundación madri+d) o bibliotecas (Iberbiblitecas), e imparte formación para laboratorios ciudadanos en museos, centros educativos o funcionarios públicos.
“Construir un sistema de cuidados digno es un desafío para la sociedad”
Berta González es asesora del Gabinete de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y participó en el X Aniversario del Agirre Lehendakaria Center. Ha trabajado en la dirección técnica de la Confederación Plena Inclusión y en la Fundación Aprocor. Berta tiene un máster en inclusión de personas con discapacidad por el INICO y postgrado en salud mental de personas con discapacidad intelectual por la UIC de Barcelona.
“Una de las palancas del cambio es el conocimiento transversal acompañado de la colaboración y comunicación”
Eva Ferreira es la rectora de la UPV/EHU. Es licenciada en Matemáticas por la UPV/EHU, máster en Probabilidad y Estadística en el instituto Courant en New York University y doctora en Economía por la UPV/EHU. También es Catedrática en Economía Aplicada desde 2005.
Tiene un amplio recorrido en docencia, investigación y transferencia, reconocido mediante cuatro tramos de investigación, uno de transferencia y la evaluación positiva con el programa Docentiaz. En cuanto a la gestión, en la UPV/EHU ha sido Vicerrectora de Asuntos Económicos y de Organización Académica entre 2004-08, y secretaria general entre 2009-12. Entre 2015 y 2019 dirigió la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco, Unibasq.
26Agirre Lehendakaria Center (ALC) es un laboratorio de Innovación Social integrado en Euskampus Fundazioa. Su ámbito de actuación es la investigación y experimentación sobre nuevos modelos de desarrollo humano sostenible.
Funciones:
- Coordinación de proyectos de innovación social locales e internacionales; evaluación, dinamización, contraste, proyección de resultados y elaboración de informes.
- Apoyo en el proceso de implementación de procesos de escucha profunda, mapeo, co-creación y co-diseño en base al enfoque de trabajo de Agirre Lehendakaria Center (ALC).
- Codificación de la información, integración de la información en matrices de evaluación, análisis e identificación de patrones.
- Sesiones de apoyo y formación en remoto.
- Generar nuevos proyectos.
Requisitos imprescindibles:
- Titulación universitaria superior (preferiblemente grados relacionados con humanidades, ciencias sociales, educación);
- Capacidad de trabajo óptima en euskera y en inglés (escrito, hablado, lectura)
- Experiencia demostrable de al menos 3 años en puestos o funciones similares;
- Adaptación al enfoque y la metodología de trabajo;
- Flexibilidad, capacidad relacional y habilidades comunicativas;
- Capacidad de combinar la gestión de procesos distintos y en diferentes idiomas.
Se valorará:
- Capacidad de colaboración y trabajo en equipo;
- Conocimiento de otras lenguas.
- Conocimiento o experiencia en agenda 2030, transformaciones urbanas y demográficas, desarrollo humano sostenible.
- Conocimientos de ciencia de datos, visualización, análisis y/o herramientas digitales.
Incorporación:
A partir de Febrero 2024.
Las personas interesadas deberán enviar un currículum vitae y carta de presentación a la dirección de correo electrónico info@agirrecenter.eus con la referencia coordinación de proyectos antes del 26 de enero (inclusive).
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ALC ha comenzado a trabajar en el programa COPOLAD III, en el que va a diseñar, implementar y evaluar una serie de laboratorios de innovación social en materia de políticas sobre drogas, que se articulan como espacios de experimentación para interconectar organizaciones.
El trabajo en el proyecto COPOLAD III
En línea con la Estrategia de drogas de la UE 2021-2025, la tercera fase de COPOLAD apuesta por el fortalecimiento de las políticas de drogas en coherencia con la Agenda 2030, así como un enfoque integral que tenga en cuenta la coherencia de políticas.
COPOLAD cuenta con más de 500 actividades que buscarán la mejora de las políticas públicas en los seis ejes del programa, tanto en lo que se refiere al apoyo a los Observatorios de Drogas, la oferta, demanda y diálogo UE-CELAC sobre drogas, así como las líneas transversales de género, derechos humanos, desarrollo e innovación.
- Cursos de formación
- Congresos y seminarios
- Comunidades de práctica
- Movilización de la expertise europea
- Asistencia técnica
- Estudios e investigaciones
- Campañas públicas
- Apoyo a pilotos de innovación en políticas públicas
Una de las estrategias aplicadas es la creación de laboratorios de innovación social en materia de políticas sobre drogas, que se articulan como espacios de experimentación para interconectar organizaciones. En este empeño, COPOLAD dispone del apoyo del Agirre Lehendakaria Center (ALC).
En el contexto del trabajo que desarrolla ALC en este proyecto, la propuesta sugiere la adaptación de un enfoque de integración de capacidades y herramientas de innovación social en el trabajo diario del programa a dos niveles de actuación diferentes: regional, con la creación de una red de laboratorios o plataformas en diferentes países de América Latina y el Caribe) y una comunidad de aprendizaje sobre el proceso; y local, en tres países de la región en los que se aplicaría el enfoque con apoyo específico del equipo de Agirre Center.
Arranca el primer laboratorio de innovación social en Chile
Los equipos de SENDA, COPOLAD y ALC han trabajado conjuntamente para impulsar el primer Laboratorio de Innovación Social en Chile sobre niños, niñas y adolescentes bajo el cuidado del estado en relación con el consumo de drogas en la región del Maule.
Se han facilitado sesiones de interpretación colectiva en Santiago y la Región del Maule, para contrastar la información recogida por los equipos locales con autoridades y agentes locales.
Los espacios de escucha y de interpretación colectiva han permitido contrastar percepciones y generar una primera visión compartida respecto a la problemática de los niños y niñas y adolescentes e identificar nudos críticos donde se deben focalizar las estrategias de política pública en clave de innovación social. Este proceso tendrá continuidad con procesos de co-creación de prototipos (soluciones) en los próximos meses. Se aborda de manera integral el consumo de drogas y alcohol en niños, niñas y adolescentes que están bajo la tutela y protección del Estado.
El enfoque de innovación permite generar un mayor impacto al generar información en tiempo real facilitando una adaptación a los cambios, logrando carteras de innovación con procesos de escucha permanente y un sistema de gobernanza flexible y adaptativo para afrontar retos complejos y abordar fenómenos complejos multi factoriales con una conexión con el territorio y las comunidades afectadas.
"La media no sirve, tenemos que ser capaces de dar respuestas diferenciales"
Taller regional en Uruguay
La semana pasada se celebró un taller regional en Montevideo, Uruguay. ALC se ha encargado de explicar cómo se desarrolla el enfoque de innovación social, un proceso multicapa para el que ALC desarrolla una metodología propia, en la que se implican todos los actores y agentes y con la participación en diferentes fases: mapeo del ecosistema, escucha profunda, interpretación colectiva y, finalmente, co-creación.
COPOLAD III es un programa de cooperación internacional que promueve el diálogo técnico y la cooperación birregional entre la Unión Europea y los países de América Latina y el Caribe en materia de políticas de drogas.
Financiado por la Unión Europea, el programa está liderado por la Fundación Internacional Iberoamericana de Políticas y Administraciones Públicas (FIIAPP), en consorcio con la Organización Internacional Italo-Latinoamericana (IILA), en colaboración con la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit GmbH (GIZ) y el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (futura agencia de drogas europea).
Uno de los cometidos principales de COPOLAD es dar respuesta a las necesidades específicas planteadas por los países de la región. Las acciones de cooperación en clave país están diseñadas para generar sinergias y complementariedades con aquellas de carácter regional -Grupos de Trabajo y cooperación con Redes y organismos internacionales-, optimizando la gestión del conocimiento enfocado a la búsqueda de soluciones y creando economías de escala, de modo que una misma solución sirva para varios escenarios y agentes.
El programa ofrece las bases para apoyar la generación de políticas sobre drogas más centradas en las personas, especialmente en los más vulnerables, basadas en evidencias científicas, integrales, equilibradas y coherentes con el resto de políticas públicas y, por tanto, más eficaces.
Estos objetivos serán plenamente respetuosos con la soberanía nacional de cada país y se basarán en la demanda planteada por los propios países participantes.
Desde abril de 2023, COPOLAD está llevando a cabo este tipo de acompañamientos en diferentes áreas, sobre la base de las demandas priorizadas tanto por los países como por el programa.
Colombia
El segundo laboratorio de innovación social se va a impulsar en Colombia. Tendrá como objetivo mitigar los factores de vulnerabilidad que impulsan a los jóvenes a vincularse con las redes de microtráfico y a desarrollar problemas de consumo de sustancias psicoactivas (SPA). Sus ámbitos de actuación serán la zona semi rural de Santander de Quilichao, en el Departamento del Cauca, y la zona urbana de Cali, en el Departamento del Valle del Cauca.
Reducción del mercado ilegal
Un segundo ámbito en el cual COPOLAD ha comenzado a desarrollar iniciativas de acompañamiento nacional es el de la reducción del mercado ilegal de drogas. El programa está asistiendo a la Sociedad de Activos Especiales de Colombia en el diseño de una política pública de reutilización social y cultural de los bienes incautados al narcotráfico.
Otros esfuerzos apuntan al control y gestión de precursores químicos que son claves para la fabricación de drogas ilegales, un asunto en el que COPOLAD presta apoyo a Colombia, El Salvador y Ecuador. Esta última acción conecta con la gestión del conocimiento público realizada por un grupo de trabajo regional dedicado al mismo tema.
Algunos datos sobre el contexto
36 millones de personas en todo el mundo sufrieron trastornos por consumo de drogas en el año 2020. Además, en los próximos años, se prevé que la cifra de las personas que consumen drogas se incremente un 11%.
El mercado de drogas ilícitas sigue bajo el control de grupos criminales y sigue siendo un enorme negocio cuyos incentivos afectan de manera significativa a muchos países, sus instituciones, sus economías y sus dinámicas sociales. Aunque la opacidad hace difícil contar con datos contrastados, se calcula que ese sector mueve anualmente entre 426 y 652 mil millones de dólares, lo que equivaldría, en términos de PIB, situarse a la altura de países como Suecia, ocupando el lugar 21 en países del mundo.
América del Sur es el origen de la producción total de la hoja de coca y la superficie total destinada al cultivo ilícito creció de las 120.600 hectáreas en 2013 a un récord histórico de 245.000 en 2017, lo que equivale a medio millón de campos de fútbol solo en Sudamérica.
Al igual que ocurre en el menudeo, o pequeño tráfico de drogas urbano, es necesario tener en cuenta el contexto económico y social: muchos campesinos y campesinas pobres recurren a cultivos de drogas como una herramienta para salir de la pobreza.
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